I N C O N S I S T E N C I A S
¿Has repetido tanto una palabra que ha perdido sentido? Repetir la palabra cuerpo diez, veinte veces, decenas de veces.
Te das cuenta que sólo son letras y vocales lo que describen de qué estás constituido. Éstas manos con las que comienzas a tocar tu cabeza, recorres tu cabello te genera ansiedad sientes la consistencia de cada hebra, tocas tu boca, tu nariz, tus ojos. Sientes tu piel, la aprietas, la estiras hasta que duele; estrujamiento en su máximo esplendor. Recorres tus ingles, no tocas tus órganos sexuales, sientes los trazos con los que tu cuerpo está definido, observas tus piernas, tocas tus codos; buscando encontrarle de nuevo, el sentido de aquellas letras y vocales.
Eres tú: carne, grasa, tejidos, huesos repletos de sentidos. Te sientes desorientado, estas pensando todo muy rápido (tratando de entender que está pasando), tu piel siente frío y calor al mismo tiempo. Consternado por lo que has sentido, pero que jamás apreciaste conscientemente. Te detienes, respiras profundamente, te das cuenta de aquel olor, exhalas, parpadeas y miras fijamente algún objeto que te rodea, tu mano se mueve, como parte de un reflejo consciente. Tocas tu ropa y tratas de entender con cada dedo de tu mano la textura de las fibras, tu boca está seca, mueves tu lengua y sientes el sabor tan indescriptible de tu saliva tibia que poco a poco va humedeciendo cada uno de tus dientes, los recorres con tu lengua, sientes el filo de cada uno. En todo este tiempo escuchaste el vacío de lo desconocido, no prestaste atención en lo externo, escuchaste nada, solo sentiste, te sentiste. Te conociste un poco más, escuchaste tu silencio, pero te escuchaste por primera vez.
Respiras inhalas y exhalas, sientes calor y frío al mismo tiempo. Tu pecho siente presión, tus órganos están reaccionando sientes tu calor y tus manos comienzan a sudar. Inhalas y exhalas, directo a tus pulmones, sientes como penetra tu cuerpo algo ajeno, suspiras rápido, estas perplejo, inconscientemente estas apretando la piel de tu brazo tan fuerte que tomas conciencia de que estas vivo, ríes. Lo olvidaste todo; solo te prestaste atención y ahora piensas en todas las sensaciones que recurrieron por tu cuerpo asombrándote de que pudiste comprender lo incomprensible y explicar lo inexplicable, aunque al final, lo ignoras por que te asusta conocerte y vuelves a tu realidad. Se miran fijamente, observo todo pero no entiende que ha pasado. la soledad los mantiene agobiados.